Cuándo primer llegué en Mérida fue muy
tarde en la noche, casi la una, así que actualmente sería mejor decir que
llegué muy temprano en la mañana. Ni modo, llegué cuándo ya estaba oscuro. Ya
he hablado con la señora de la casa dónde iba a quedar y ella me estaba
esperando en el terminal del autobús. Después de un viaje difícil yo estaba
bien cansada y cuándo finalmente llegué al terminal y conocí a la señora, quién
se llamaba Elvira, solamente estaba pensando en acostarme. Pero cuando llegamos
al coche hubo otra persona, una mujer de media edad, esperando y, porque cuándo
la señora y yo hemos hablado antes ella nunca mencionó a otra persona, pensé
que la mujer misteriosa fue una empleada de la estación de autobús ayudándonos
con las maletas. Así que estaba muy confundida cuándo esa misma mujer abrió la
puerta adelante del coche para que pudiera meterme en ella y Elvira, ya sentada
en su silla, me dijo “esta es la muchacha.” Esto fue la primera vez que oí este
término, un término que muy pronto descubrí significa la persona que cuida la
casa, sea como una criada, una cocinera, una chacha o todos de estos trabajos.
Además, aprendí que muchas familias en la Yucatán tenían sus propias “muchachas.”
Vengo
de la clase media baja y de dónde soy en Wisconsin, no conozco a nadie quien
tiene una criada, cocinera ni chacha. De hecho, antes de venir a la Yucatán la
idea de tener una criada o una cocinera fue muy extraña para mí y, en mi mente,
fue algo que solamente los ricos y las personas en las películas tenían que
preocuparse sobre. En ese tiempo “la muchacha” no significaba nada para mí sino
lo que literalmente era; otra manera decir una mujer. Mientras todavía estaba
confundida sobre la identidad de la muchacha que yo acababa de conocer tenía
tanto sueño de mi viaje que solamente pensé que acaso la señora hubiera dicho “mi muchacha” en el mismo sentido qu “mi
hija.” Tal vez ella simplemente no hubiera mencionado que su hija vive con
ella. No fue hasta más tarde que Elvira me contó que la muchacha, quién se
llamaba Adeli, ha trabajado en su casa por veinte años y que “Adeli era más como una
hija que una empleada” porque ella vivía allá en la casa también. Para empezar
estaba muy curiosa sobre esta situación porque era una novedad para mí, pero
como vi más y más muchachas y como aprendí más sobre Adeli a sí misma, empecé a
tener más preguntas. Me preguntaba ¿cómo recibe su sueldo y cuánto recibe? ¿Si
este trabajo era su vida, como podría tener su propia vida? ¿Tiene ella días de
vacación o trabaja veinticuatro horas siete días a la semana? Y, quizás la más prominente, ¿cómo se siente
ella sobre su situación?
Claro
que sí no podía preguntarle esa última pregunta pero sabía que quería aprender
más sobre, no solamente Adeli, pero la situacion en la sociedad de todos los
empleados domésticos en la Yucatán porque, sea positivo o negativo, es cierto
que los empleados domésticos desempeñan un rol muy importante en la cultura
yucateca. De hecho, según Inegi la “Yucatán y Morelos encabezan la lista de
Estados con mayor porcentaje de trabajadores domésticos de la República” y, por
lo tanto, es más que aplicable hablar de este tema. Primero me gustaría
concentrarme en el lado emocional de este suceso. Digo “suceso” en vez de
problema porque no tengo el derecho de tildar algo como un problema cuándo no
soy una experta, pero sí puedo dar mi opinión como una extranjera. Debido a mi
estatua como extranjera, tengo otra perspectiva y, por eso, puedo ver algo que
para los yucatecos es normal en otra luz y, como resultado, puedo ver las
faltas mejor. Así que, de mi punto de vista, sí, hay muchos problemas con el
sistema de los empleados domésticos hoy en día. En la manera en que están alquilados,
tratados emocionalmente y físicamente, la manera en que el puesto de “las
muchachas” es visto por la clase alta y la manera en que están reconocidas
conforme la ley. Como en cada lugar, la Yucatán tiene aspectos positivos y
negativos sobre su cultura, simplemente resulta que este aspecto negativo tiene
un papel muy grande en la sociedad y, por esta razón, debe de ser aún más
importante resolver. Desafortunadamente, aunque la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo dice que en el país existen 50.6 millones de empleados, de
los cuales 4.2 por ciento, o sea dos millones de personas se dedican a
actividades clasificadas como trabajo doméstico, no es un tema que la gente le
gusta hablar sobre.
Afortunadamente,
mi experiencia con Adeli y Elvira es un perfecto ejemplo de los problemas con
los empleados del hogar. El simple hecho de que Elvira me presentó a la muchacha en lugar de Adeli es un ejemplo
de la ambigüedad de la identidad de esas personas. Los empleados domésticos que
viven en la casa con sus jefes viven una vida completamente dependiente en su
jefe. En el caso de la muchacha dónde quedo ahorita su día entero depende en
las acciones de Elvira. Adeli se despierta muy temprano para poder abrir la
reja para que la señora pueda ir a caminar. Luego, ella tiene que esperar para
abrir la reja de nuevo cuando la señora regrese de su camino. Además ella
prepara el desayuno según la petición de Elvira y lavar los trastes después de
la comida. Justo después de ese, ella limpia la casa. Este puede incluir
barriendo, fregando, cambiando la basura, arreglando los cuartos y mucho más.
También es responsable por el almuerzo y la cena y, adicionalmente, realiza
cada petición de la señora, que es otro trabajo completo. Este muestra como
empleados domésticos pueden perder no sólo su propia voluntad sino su identidad
también.
Según
Milenio Novedades “13 por ciento [de los empleados] laboran jornadas superiores
a las 48 horas semanales, más de lo que señala la Ley Federal del Trabajo” y,
es muy claro que Adeli es un parte de ese trece por ciento. Las muchachas de la
casa no tienen tiempo para ellas mismas, no tienen tiempo para empezar su
propia vida y, de verdad, no tienen su propia identidad. Además,
de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010, un 87 por ciento de estas
trabajadoras carece seguro médico; el 61 por ciento no tiene vacaciones; no
puede ir a la escuela el 57.9 por ciento; un 46.5 no recibe aguinaldo y no
tiene horarios fijos el 44.7 por ciento. Asi
que ellas trabajan muy duro pero todavía falta algunas de los derechos más básicas,
¿cómo es eso justo? Además después de tanto tiempo no pueden sobrevivir sin el
apoyo de la familia porque no habían tenido tiempo para empezar su propia vida.
Primero pierden su independencia y luego empiezan a perder su valor como un
individuo y, en vez de ser una persona, llegan a ser sólo “la muchacha de la
casa,” más una posesión que una persona.
Para
apoyar esta idea de ser una posesión, hoy en día aún hay sitios de web dónde se
puede alquilar empleados domésticos. Yo imaginaría que en esta manera muchos
inmigrantes vienen al país y reciben estos trabajos. De hecho una familia aquí
en Mérida que conocí por medio de mi iglesia me dijo que acaban de recibir una
muchacha de Guatemala hace un año en esa manera. Pero el problema con este es
lo que acabo de decir; que ellos han
recibido una muchacha. No debe de ser posible obtener a una persona en
general. El proceso de obtener un ser humano es muy superficial y, en mi opinión,
disminuye el valor de una vida humana hasta al punto dónde es posible recibirla
como si fuera un paquete. Por supuesto, estos solamente son los aspectos
negativos sobre el trabajo doméstico y sólo estoy centrando en lo negativo de
los empleados domésticos porque lo negativo pesa mucho más que lo positivo. No
es decir que no existen aspectos positivos porque actualmente es muy bueno para
la economía, pero el hecho de que es bueno para la economía no cambia las otras
faltas.
Por
ejemplo, la vida de muchos empleados domésticos es centrada alrededor de sus
jefes tanto que si la señora de la casa muriera, la muchacha no sabría lo que
hacer con su vida. Es el mismo en el caso de Adeli, una mujer hacia cuarenta
años de edad con no educación formal, y no familia, quién ha trabajado en la
misma casa por 20 años ¿Qué pasaría con ella si Elvira muriera? Una extranjera
como yo primero pensaría que después de veinte años de servicio ella sería más
como una hija y que, como una hija, tendría algún tipo de herencia en su
testamento ¿verdad? Pues, después de una experiencia aquí en la casa no estoy
segura. Un día estábamos comiendo y noté que algo entre Adeli y Elvira no
estaba bien, así que después de que subió Elvira, le pregunté a Adeli que pasó.
Ella me dijo que Elvira no pudo encontrar una de sus blusas y que, porque Adeli
había sido la última persona a verla, siendo que ella la ha lavado, Elvira
estaba enojada. En el principio pensé que era un poco raro estar enojada porque
de una blusa porque estaba pensando en mi propia madre y como siempre perdimos
nuestras cosas. Claro que sí mi error era que estaba pensando en ellas como una
madre e hija justo como Elvira me ha dicho. De modo que estaba aún más
sorprendida cuándo Adeli empezó a llorar porque ella no pudo encontrar la blusa.
Ella estaba tan preocupada porque ella pensaba que Elvira pensaría que ella la
ha robado. Nunca
voy a olvidar sus lágrimas porque pude contar que ella de verdad tenía miedo de
perder su trabajo. Pero ¿qué tipo de “madre” pensaría que su hija robaría de
ella? Y ¿qué tipo de madre querría ser pagado por una blusa que su hija
supuestamente ha perdida? Tal vez sea sólo yo, pero la respuesta para mí es
ninguna tipo de madre lo haría.
Esto
es cuándo me di cuenta de otro problema con los trabajadores domésticos. Muchos
mujeres, y digo mujeres porque de acuerdo con datos del Inegi, nueve de cada
diez empleados domésticos son mujeres, empiezan a trabajar en casas cuándo son
muy jóvenes y básicamente crecen en la casa del empleador. En esta manera
reciben un falso sentido de seguridad creyendo que son un parte de la familia,
pero en realidad, cuándo algo mal, como una blusa que desapareció, pasa, la
muchacha de la casa es culpable. No es importante si hay veinte años de
servicio leal o no, en el fin todavía hay la separación del empleador y el
trabajador. Es un gran problema que pasa cuándo hay una mezcla de la vida
profesional y la vida personal, pero cuándo mujeres como Adeli vive en la casa,
es casi imposible hacer esta distinción. Pienso que esa traición de las
emociones es casi peor que la injusticia de las largas horas sin vacaciones y
con un sueldo muy bajo en comparación al trabajo que hacen.
Hablando
de lo que actualmente merecen estos trabajadores, los derechos de los
trabajadores del hogar conforme la ley, de verdad, casi hay ningunas leyes
específicamente dirigidas al trabajo en la casa. En el título sexto del trabajo
y de la previsión social en la constitución sí dice que “las bases siguientes
deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán: entre los obreros,
jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general, todo
contrato de trabajo” así que mientras sí mencionó los empleados domésticos las
leyes a sí mismas no son muy concretas y cuándo leí algunas de las leyes debajo
de este título me di cuenta que casi nunca de estas leyes están reforzadas
cuándo viene a los empleados domésticos. De hecho en los cinco meses que he
estado aquí en la Yucatán he visto varias de esas leyes rotas en más de la casa
dónde quedo.
Afortunadamente,
el público tenía que haber notado la injusticia de los trabajadores domesticas
también porque en Mérida, Yucatán el seis de octubre de 2014 introdujo El
Programa de Vivienda para Trabajadores Domésticos del que era un programa que
daría los trabajadores más independencia por medio de la oportunidad, y el
apoyo, para comprar una casa. Desafortunadamente, el movimiento no tuvo el
impacto esperado en Yucatán ni en el país en general (ACOM). Pero según el delgado
en la Yucatán, Felipe Rojas Cruz, “[el programa] se va a lanzar para 2015 y
seguramente va a traer mejores condiciones para los trabajadores domésticos,
por lo que se va renovar el programa”. Así que por lo menos hay progreso en el
sentido de que no es un sujeto tabú y que ahora que el tema está en el público
más gente puede ver los varios problemas con los trabajadores domésticos.
Aún
más optimista, es que ahora hay programas específicamente para mujeres en los
trabajos del hogar. Porque mujeres desempeña un rol tan grande en los empleados
domésticos y porque aun hoy en día mujeres en cualquier trabajo lucha con la
discriminación, es muy importante asegurar que mujeres como Adeli logra el
tratamiento correcto y justo. Según Notimex “la presidenta del Instituto
Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Lorena Cruz Sánchez, se manifestó
optimista respecto a que México ratifique el convenio número 189” que es basada
del programa OIT que estableció en 2011 ese convenio, y en el proceso “exige
que los trabajadores domésticos perciban el salario mínimo, horas extras,
licencia anual remunerada y condiciones laborales seguras” (Diario de Yucatán).
Aunque México no ha establecido este programa todavía hay diecisiete países que
sí lo ha ratificado y nueve de estos países están en América Latina y el Caribe.
Además países como Chile, Trinidad y Tobago han tomado un paso más adelante y
han extendido los salaries mínimos a quienes realiza trabajo doméstico, aunque
sea trabajo más informal. Lo que yo pienso es importante es que hay tantos
movimientos quiénes están apareciendo que, como Inmujeres, quieren “promover y
fomentar las condiciones que den lugar a la no discriminación, igualdad de
oportunidades y de trato entre los géneros, el ejercicio de todos los derechos
de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural,
económica y social del país.”
Para
acabar, no puedo decir que sé personalmente lo que se siente tener una vida que
es su trabajo, y ni puedo decir como Adeli se siente, pero puedo decir que
todas las muchas que he conocida, con la excepción de una, parecen como si le
falta algo. La una que parecía más feliz fue la muchacha de la hija de Elvira. Ella
se llamaba Sheila y ella no mezcla su vida personal con su trabajo. Ella vive
en un pueblito afuera de Mérida y tiene su familia allí. Para trabajar en
Mérida ella tiene que tomar dos camiones muy temprano en la mañana, pero porque
ella está haciendo sus propias decisiones y tiene su propia vida ella también
tiene más gozo en su vida. Mientras esto es solamente una manera en que los
varios problemas pueden ser resueltos, el primer paso es notar el problema, y yo
pienso que después de leer este, lo habrá realizado.
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